La vida no suele ser fácil para los sentimentales o "fragiles de corazón"

No estás muerta, pero te sientes así... Lo único que pasa es el tiempo, estás esperando que algo más suceda, o eso es lo que parece. Con la mirada perdida, los ojos hinchados; esperando, recordando... Y de pronto sientes como si tu corazón estallara y se te subiera a la boca, escuchas un gemido que habia estado reprimido hasta entonces, como si no fuera tuyo, como si no fueras tú...
Vuelven las lagrimas y los lamentos (Te arrepientes de mucho ¿No?), hasta agotarte, hasta volver a sentirte muerta (Aunque no lo estés), aunque desees estarlo (Un minuto que sea).
Sin embargo sabes que solo es el principio, que ese demonio que llevas dentro no te dejará tranquila hasta que sepas dominarle, hasta que recobres la fuerza suficiente para alejarlo de tu mente... y corazón.

No estás muerta, aunque te sientas así.

Esa tarde de noviembre

Esa tarde de noviembre nunca lo pensó, cuando yacía en el pasto y veía las nubes "caminar" no pensó en nada más que en la comida de esa noche; que disfrutaría hasta el último grano de arroz, que apreciaría el postre hasta hacersele agua a la boca y que sería estupendo cenar mirándo la luna llena (Sólo la llena le satisfacería ese día)...
Esa tarde de noviembre al llegar a casa jamás pensó, que un año más tarde, estaría caminando en una nube de felicidad, que disfrutaría hasta el último momento del día, que apreciaría su mirada hasta ya no poder voltear para buscarla otra vez, que saborearía besos eternos que prometen hacerseles agua a la boca más tarde y que pensaría lo estupendo que sería mirar la luna llena junto a él (Sólo estar junto a él le satisfacería ese día).

Es una historia real, sacado de una vida real de una persona real que tiene sentimientos reales... (Quién sabe si normales).
No soy obediente, no
No me hago caso cuando me digo que lo que pienso no es verdad, que exagero, que en realidad no es asi.

No soy obediente, y tampoco me hago caso cuando me digo que lo sea.

No soy obediente, no, conmigo no.

Ahora quiero gritar...

Tengo una pena tamaño familiar dentro de mí, y no sé como sacarla.
Intenté llorar, rodar, comer y hablar, pero nada resultó

Haber si el escribir ayuda en algo.

Suele pasar

Camila soñaba con ser astronauta.
Rodrigo vió por primera vez a Samanta.
y Karina estaba en una eterna caminata,
cuando la luna en el cielo que los observó, sonrió.

Se la devolví con gratitud y le dije lo linda que se veía al sonreír.

Después de todo, todas nos alegramos cuando alguien alaba nuestra sonrisa.
Incluso la luna.
De verdad me agrada caminar por la calle y ver -casi- elfos que son -casi- perfectos, observarlos y tratar de que no se den cuenta, sentirme -casi- como ellos un segundo y soñar que soy felíz.

Mis pasatiempos dejan mucho que desear, lo sé.

Más confesiones

La vida es un paquete de galletas de animalitos (no, no es un plagio a La vida es una caja de bombones), es cuestión de mirar la mía y darse cuenta; yo solía ser miserable, yo solía estar enamorada con ese tipo de amor que se confunde con obseción (Pero no lo era, ¿eh?), yo solía llorar noches enteras, yo solía ver el mundo como un sueño en el que yo no podía participar, yo solía escribir de lo patética que me sentía y así aliviarme un poquito.

Hoy no, hoy escribo (mejor dicho, yo no escribo)  porque me siento alegre, porque tengo a quien amar, porque mi amor dejó de ser utópico, porque ahora siento que desperdicie dos años de mi vida pensando en quien no debía.
Desperdicié dos años de mi vida y eso me amargó... después de todo no todas las galletas son dulces, y no es mi intención presumir, pero en este momento siento que esa sensación amarga se ha ido gracias a la dulzura de otras nuevas, a la dulzura de quien quizás no merezco y  agradezco esa dulzura hasta ya no poder más, aún sabiendo que habrán más sensaciones amargas, estaré saltando, rodando, bailando y girando de felicidad mientras me dure.

Podría decirse que casi supero aquél tema que me perturbó por tanto tiempo, podría decirse que ya lo superé si es que no me tomara la molestia de seguir recordándolo en esta entrada, pero al fin y al cabo, la vida es un paquete de galletas de animalitos (O de dinosaurios), y ya puedo decir antes de que se me acaben, que me tocó al fin la que necesitaba probar... y vivir.